La noche anterior acordamos con Mike desayunar antes del amanecer para poder estar de nuevo a las 08:00 en la puerta de Samburu y no defraudó. Tras una cena espectacular nos preparó unos cafés con crepes y huevos revueltos buenísimos. De hecho nos comentó que había sido cocinero durante varios años en uno de estos lodges de alto standing de la reserva, y se notaba.
Apuramos el desayuno, a las 08:00 compramos las entradas del día en la puerta de la Reserva de Samburu y estuvimos hasta el mediodía recorriendo muchas de sus pistas, fotografiando todo lo que nos íbamos encontrando.
Visita al poblado Samburu de Mike
A mediodía los animales se habían refugiado porque hacía muchísimo calor por lo que volvimos al camping a comer y descansar un poco y Mike nos propueso visitar el poblado en el que vivía con su familia, junto al camping por 1.000 chelines por persona (Mike trataba de sacar un dinerillo extra) y tras darle un par de largas, accedimos.
La visita fue bastante rápida, unos 10 minutos en total, y se limitó a bailes, hacer fuego, visita a las casas de barro, saltos con los samburus, etc. También nos intentaron vender collares y abalorios pero no compramos nada, sólo dejamos una propina de 500 chelines para la escuela de los niños. No sé si se nota en el tono pero no fue algo que nos entusiasmara.
Por la tarde volvimos a la reserva y seguimos fotografiando animales de todo tipo, con mención especial a esta manada de 50 elefantes que volvían del río.
Por la noche cenamos de nuevo de los maravillosos platos de Mike junto a una hoguera que nos preparó con su hermano y fuimos despidiéndonos ya de Samburu, nuestra puerta de entrada a Kenia, que nos había encantado.