El Parque Nacional del Lago Mburo se encuentra al suroeste de Uganda, a unos 240km por carretera de la capital, Kampala. Es uno de los parques nacionales más antiguos y pequeños de Uganda, pero muy conocido por su diversidad de vida silvestre y hermosos paisajes.
Formalizando el contrato de alquiler del 4x4
Tras desayunar temprano en Entebbe, Charis nos condujo hasta las oficinas de Your Drive Uganda para formalizar el contrato de alquiler del 4x4 con Titus, donde recogimos los permisos para los gorilas que había gestionado.
Con Titus habíamos acordado pagar en Euros, pero nos aplicó un cambio ligeramente inferior al vigente, algo que aceptamos porque acordamos entre los 4 viajeros no comenzar una discusión por ese motivo.
En esta visita a Kampala aprovechamos también para cambiar dinero en efectivo en una oficina de cambio que nos recomendó Charis, con un tipo de cambio buenísimo, prácticamente el mismo que en la aplicación Xe.
Comprar una tarjeta SIM en Uganda
Como ya en prácticamente cualquier país al que vamos (Brasil en concreto el único dónde se nos hizo más complicado), comprar una tarjeta SIM en Uganda fue algo sencillísimo, que no rápido.
Charis nos paró en una tienda de móviles para hacer los trámites, donde tuvimos que presentar nuestros pasaportes y prestarnos para una fotografía. El proceso es muy rápido, pero la aplicación por la que dan de alta tu SIM a veces tarda en cargar un poco y hace que el proceso lo tengan que volver a comenzar. Nada grave.
En cuanto a la cobertura de red, era buenísima en un alto porcentaje del territorio, por lo que no tuvimos ningún problema a la hora de estar conectados.
Conduciendo desde Kampala hasta el Lago Mburo
Finalmente listos, nos encaminamos hacia nuestro primer destino: el Parque Nacional del Lago Mburo. Charis, nuestro conductor, había estado atento y, tal como le habíamos pedido la noche anterior, nos sorprendió con un USB lleno de música ugandesa para hacer aún más hermosa nuestra aventura por la Perla de África.
Nos esperaban aproximadamente 245 km de camino, una carretera en general en buenas condiciones, aunque la velocidad estaba limitada por la necesidad de atravesar poblados y aldeas en ruta. Y es que Uganda alberga una población de más de 42 millones de habitantes.
Nos tomamos nuestro tiempo, disfrutando del paisaje exuberante. El país estaba tan vivo, con innumerables plantaciones de plátanos, té y otros cultivos.
Comida en nuestro primer Pork Joint
En nuestro trayecto, hicimos una parada para almorzar en un "pork joint", lugares donde asan cerdo a la parrilla. Una brocheta costaba 5.000 chelines, y si deseabas añadir cebolla, tomate y aguacate, el costo ascendía a 7.000 chelines.
Las bebidas, como era de esperar, estaban a temperatura ambiente, una constante que encontraríamos en varias ocasiones a lo largo del viaje. Si eres amante del cerdo asado, definitivamente no debes perderte un "Pork Joint".
Cruzando el Ecuador ugandés
Y por supuesto, no faltó la foto habitual al cruzar el Ecuador. En este caso, al igual que cuando lo cruzamos en nuestro viaje a Kenia, tampoco pagamos por la demostración de hacia donde gira el agua en cada hemisferio...
Noche en el Eagle's Nest
Por la tarde, llegamos a nuestro alojamiento, Eagle's Nest, ubicado en una pequeña colina cerca del Lago Mburo. Tuvimos algunas dificultades para contactar con ellos debido a la falta de respuesta a nuestros correos electrónicos. Al final, conseguimos contactar con ellos a través de la agencia GorillaTours.
La tienda de campaña en la que nos alojamos era amplia y contaba con camas; los baños compartidos se encontraban fuera de la tienda. La tarifa de alojamiento incluía el desayuno y ascendía a 25$ por persona. Y vaya desayuno nos sirvieron. Las vistas desde el restaurante y la tienda eran absolutamente impresionantes.
Descendimos hacia un pequeño poblado rodeado de plantaciones de plátanos cerca de Eagle's Nest para dar un paseo y estirar las piernas. Casualmente, coincidió con la salida de la escuela local, y en poco tiempo, nos rodearon niños que vivían en los alrededores.
Nos llamaban "muzungu", y algunos incluso nos saludaban estrechándonos la mano. Constantemente nos preguntaban "how are you?".
En nuestro paseo, nos encontramos con unos rangers que transportaban dos cocodrilos atados en la parte trasera de su camioneta. Intrigada, les pregunté por los cocodrilos, y nos contaron que los habían encontrado en la comunidad y los estaban llevando de regreso al Lago Mburo.
Tras nuestro breve recorrido por la comunidad y al ver que no había opciones para cenar en el área, regresamos a nuestro alojamiento. Se ofrecía una cena que incluía sopa, plato principal y postre por 15$, pero nos pareció una cantidad excesiva, así que decidimos cenar solo el plato principal por 10$.
Finalmente, llegó el momento de retirarnos para descansar y dormir. ¡La cantidad de estrellas visibles era asombrosa, incluida la Vía Láctea! Había sido un día largo, pero repleto de emociones positivas.
Álvaro y yo nos quedamos dormidos prácticamente al instante. En cambio, Fran y sobre todo Aitor, tuvieron un poco más de dificultad, ya que un residente cercano al poblado pasó gran parte de la noche entonando cánticos y sermones.
Había sido una jornada intensa pero gratificante.