La mañana siguiente desayunamos algo de lo que habíamos comprado en Narok y volvimos a entrar al Parque por la puerta Talek. Como no había parado de llover por la noche incluso la carretera principal se había convertido en un auténtico barrizal por lo que la conducción resultaba muy complicada, más aún teniendo en cuenta la experiencia del día anterior que, con mucho mejores condiciones, habíamos terminado encallando en un charco de barro.
Conducción muy complicada con mucho barro
Moviéndonos con bastante cuidado, y tratando de no salir de pistas principales que estaban un poco mejor y aún así patinábamos con el barro, conseguimos ver parte de la comitiva que nos había tenido entretenidos la noche anterior. Ahí estaban los leones protegiendo su caza de un grupo de hienas (contamos hasta 17) que les rodeaban.
Tanto en este caso como en otros similares nosotros obedecíamos las instrucciones del Parque de no circular fuera de pistas, y las fotos que hicimos fueron a bastante distancia mientras otros vehículos no tenían reparos en meterse casi hasta situarse a 2 metros de los animales...
Estas son algunas de las fotos que hicimos en nuestro segundo safari por Masai Mara.
¿Contratar un Game Drive para el día siguiente?
Tras un día de conducción complicada decidimos cenar en el restaurante del Crocodile Camp y repensar nuestra estrategia para el día siguiente.
Teníamos en mente llegar hasta la puerta de Musiara, donde son famosas sus manadas de leones pero teníamos que atravesar el parque y las pistas estaban como estaban.
Por otro lado, veíamos que el estado de las pistas limitaba muchísimo nuestra capacidad de ver no sólo animales fuera de las pistas principales, sino de acercarnos más a ellos, por lo que preguntamos precio para hacer un game drive con vehículo y conductor para el día siguiente. Nos ofrecieron uno de mañana, desde el amanecer al mediodía, por 4.000 chelines por persona y no nos lo pensamos dos veces. Spoiler... todo un acierto.