Tras los safaris por el Queen Elizabeth National Park habíamos establecido la zona de los lagos volcánicos como "campo base" tanto para el posible tracking de Chimpancés de Kibale (que acabamos no haciendo porque los conseguimos ver en la garganta de Kyambura) como para las visitas a los propios lagos.
Lago Nyamirima
En conreto nos alojaríamos 3 noches en las Nyamirima Cottages del lago Nyamirima, cabañas dobles de postal, con baño y desayuno incluído, por 50$ persona y noche. Estaban un poco apartadas, pero si buscas tranquilidad es tu sitio. Preciosas.
La tarde que llegamos la dedicamos a dar la vuelta al lago y acercarnos hasta el "Top of the World" que marcaba Lonely Planet como mirador pero que en realidad era una residencia basta cuidada donde tuvimos que pagar por ver las vistas de un precioso atardecer sobre las montañas Ruwenzori que separan Uganda del Congo.
Esa noche cenamos en nuestras Cottages pero debido al elevado precio tanto de las comidas como de las cenas a partir de ese momento tratamos de buscar alternativas.
Reserva Natural del Lago Nkuruba
El primer día en la zona lo queríamos invertir en visitas los lagos y el segundo tendríamos que buscar una alternativa a Kibale.
La primera mañana improvisamos un paseo de 3km a la Reserva Natural del Lago Nkuruba, ya que en el trayecto a Fort Portal nuestro Toyota Prado había hecho algún ruído y Charis había llamado al mecánico de Fort Portal para que se acercara hasta las Nyamirima Cottages a echarle un vistazo.
Pagamos unos 10.000 chelines por persona por dar una vuelta al lago (sin guía) pero vimos muchas especies de aves (entre ellas el gran turaco azul) y colobos blancos, negros y rojos, así como monos vervet.
Tras dar la vuelta al lago nos tomamos algo en el restaurante de la entrada y llamamos a Charis, comprobamos que el coche ya estaba listo y vino a buscarnos pero no pudimos salir de allí porque cayó una tormenta muy fuerte que nos impedía circular, por lo que decidimos quedarnos a comer.
La comida tardó incluso más que otras veces (menos mal que las redes de datos móviles funcionan muy bien en Uganda, cosa que viene de perlas en estos casos...) pero hay que decir que estaba muy buena.
Encallados en el barro con el 4x4
Después de comer montamos en el coche rumbo a otros lagos cercanos pero no llegamos demasiado lejos. Las intensas lluvias habían formado barrizales impresionantes en las pistas de arena que nos hicieron encallar en una zanja.
Tratamos de empujar el coche pero no había manera de sacarlo, por lo que, con ayuda de la gente que poco a poco se reunía a nuestro alrededor, fuimos poniendo piedras bajo los neumáticos para que Charis pudiera traccionar y sacar el vehículo.
Este gesto no sería altruísta, ya que tras conseguir sacar el coche le pidieron dinero al pobre Charis, que no quería que nos lleváramos una mala imagen de sus compatriotas. Le dijimos que no se preocupara, y es verdad, en la mayoría de los casos topamos con ugandeses sonrientes, amabilísimos y desinteresados que hicieron nuestro viaje todavía más inolvidable.
Lo que quedaba de tarde la pasamos ya en las Nyamirima Cottages ya que todos los lagos de la zona eran accesibles por pistas embarradas y no queríamos volver a vivir el mismo desenlace.
De hecho, volviendo a las Cottages yo misma me bajé del 4x4 en una curva muy embarrada, al ver la caída que había a nuestra derecha, cosa que hirió un poco el orgullo de buen conductor de Charis.
Esa noche pedimos unos huevos con patatas (fuera de carta) en las Cottages para abaratar y nos fuimos a la cama esperando mejor tiempo para el día siguiente.
Humedal de Bigodi y comunidad local
Para el segundo día tratamos de improvisar un paseo por el Kibale Forest National Park ya que no íbamos a realizar el tracking de chimpancés, pero al llegar al parque nos pedían 40$ por la entrada al parque más 35$ por el Nature Walk que ofrecían.
Nos pareció tal atraco a mano armada que salimos de allí rapidísimo y nos dirigimos a visitar el humedal de Bigodi que alguien nos recomendó mientras estábamos rojos de ira por lo que nos querían sablar por dar un paseo en Kibale.
La visita no era gratuita, pero como la gestionaba la comunidad local era más económica y encima te garantizabas que el dinero le llegaba a la gente del pueblo.
En este paseo vimos bastantes monos y aves, acompañados con un guía joven muy agradable.
Tras el paseo nos hicieron un tour por la comunidad local donde visitamos varios oficios de la gente del lugar.
Primer
Un nuevo amanecer, ya descansados, volvíamos a tener esas ganas de seguir descubriendo lugares. Habíamos leído en la guía Lonely Planet que en Kibale Forest National Park, a parte del chimpancé tracking, también se podía hacer una excursión a pie en las que puedes ver diferentes especies de primates, aves, etc. Así que fuimos a la entrada del parque, una vez allí, nos dijeron que teníamos que pagar la entrada del parque, 40 $ por persona, más otros 35 $ por el nature walk de poco más de una hora. Obviamente, nos negamos a ese nuevo atraco, ¿¿ 75 $ por un breve paseo ?? ? . Bueno, tocaba improvisar un plan alternativo.
A los cuatro nos encantan los animales y entornos naturales, así que fuimos a visitar el humedal de Bigodi. Como todo en Uganda, es de pago. Las visitas al humedal las gestiona la comunidad local, incluyen un breve paseo por el mismo y una visita cultural a una aldea próxima. El paseo no llegó ni a las dos horas de duración, vimos bastantes monos, aunque la poca luz que dejaban pasar los árboles no era adecuada para hacer buenas fotos, por no hablar de los monos de cola roja, que eran más rápidos que Speedy González. También vimos diferentes especies de aves, durante toda la visita fuimos acompañados por un joven guía bien formado. La segunda parte es la que personalmene menos me gustó, no suelo disfrutar mucho con este tipo de actividades, supongo que tengo sentimientos encontrados. Consistió en visitar a: una señora llamada Coffe Queen que preparaba y tostaba café (muy rico ? ), a un chico que preparaba zumos y licores con plátano (la higiene no era su fuerte, pero tampoco problemas gastrointestinales ? ) , a mujeres haciendo cestos y bandejas y ¿cómo no? al brujo-chamán de la aldea ? que nos explicaba el uso de las plantas en su idioma, con un joven traductor a su lado (vamos, un total y auténtico teatro, que no digo que las plantas no sean medicinales, ¿eh? pero toda la puesta en escena era digna de nominación a los Oscars).
Tras el paseo nos hicieron un tour por la comunidad local donde visitamos varios oficios de la gente del lugar, que no deja de ser una presentación para el guiri, pero aprendimos cosas y estuvimos un rato entretenidos.
Proceso de recogida y tueste del café
La primera chica que visitamos nos hizo un resumen de todo el proceso de recolección y tueste del café. Nos mostraron desde la fase del cultivo a la obtención de las semillas. Después hizo un fuego y procedió a su tueste, para acabar haciendo café en una cazuela.
Por supuesto tras la demostración nos ofrecieron comprar café, a un precio muy similar al que luego vimos que costaba el café en los supermercados.
El chamán del poblado
Tras la demostración del café nos llevaron donde el chamán del poblado que nos hizo muy complicado aguantar la risa con sus cánticos y conjuros. Eso sí, le hicimos alguna pregunta mística para seguirle el rollo y nos contestó que él no podía hacer magia...
Licor de banana
Después del chamán del pueblo nos enseñaron cómo fermentaban las bananas con un invento casero para hacer licores de varias graduaciones, con cata incluída. Evidentemente nos ofrecieron licor para la compra, al igual que con el café.
También nos enseñaron a unas mujeres que tejían capazos y similares y nos vendieron souvenirs de todo tipo como gorilas con el lomo plateado tallados en madera.
Tras la visita nos unimos a unos jóvenes ugandeses que estaban cantando y bailando y resultó uno de los momentazos del día. Muchas veces lo más simple y espontáneo es lo más enriquecedor.
Comimos en un restaurante del pueblo y pasamos la tarde en Fort Portal, donde compramos también unos rolex para llevarnos a los Nyamirima Cottages para cenar.
Esa noche nos comimos los rolex cantando en una fogata que había hecho una pareja ugandesa que se iba a alojar también en las Cottages. Bonito broche para nuestra estancia en la zona.