Como casi todos los días, nos despertamos para ver el amanecer en Popa Falls, hicimos el desayuno, desmontamos la tienda y pusimos rumbo a la frontera entre Namibia y Botsuana en Kasane, en el Ngoma Bridge.
Trámites en la frontera Namibia-Botsuana del Caprivi
En la frontera aparcamos el coche para que nos sellaran la salida de Namibia, y un poco más adelante, cruzando la raya que separa ambos países, volvimos a aparcar para realizar los trámites de entrada a Botsuana. Aquí nos llevó un poco más porque era un poco caótico, sobre todo con nosotros, los guiris, que guardamos bien la cola y no nos preguntamos por qué cierta gente pasa delante de nosotros...
Cuando llegó nuestro turno, pagamos 152 pulas (no sabemos exactamente a qué correspondían, pero tampoco preguntamos) y montamos de nuevo en el coche. 5 metros más adelante nos abrieron el maletero y la nevera, y tuvimos que tirar la fruta que llevábamos. De hecho había mucha madera y mucha fruta, ya que no permiten pasarla y la gente lleva madera para hacer fuego en los campings. ¿Y quién se aprovechaba de esta situación? Los monos que estaban esperando que tiraras tu fruta para llevársela...
Una vez terminamos todos estos trámites (no fue rápido, la verdad) pasamos por fin el puente y entramos en Botsuana, donde condujimos hasta Kasane para buscar alojamiento.
Alojamiento en Kasane: Thebe River Safaris
Una vez en Kasane empezamos a ver ya algún alojamiento de super lujo, donde creemos que va la gente con dinero que es la que siempre hemos pensado que venía a este tipo de países, aunque la realidad es que si buscas un poco se puede viajar de forma mucho más asequible.
Sacamos pulas del cajero y encontramos una parecela muy barata en el Thebe River Safaris. Y digo muy barata porque no era precisamente económico, pero les sobraba una parcela medio embarrada llena de agujeros de pisadas de hipopótamos que nos dejaron a 65 pulas por persona y noche. Como nosotros viajábamos con la tienda de campaña en el techo de nuestro 4x4, no nos importó.
Esa noche nos preparamos la cena y estuvimos charlando con una pareja de ancianos alemanes majísima que nos contaron todos los países que habían recorrido desde los años 50, y los que a día de hoy seguro que siguen recorriendo.
Safari por el Chobe Riverfront
Por la mañana una vez más desayunamos antes del amanecer para llegar a la puerta del Chobe a la hora de apertura del parque y sutió su efecto ya que pagamos 50 pulas por persona más el precio del coche que no lo recordamos y entramos los primeros.
Nada más entrar ya vimos la diferencia de los parques de Botsuana con respecto a los de Namibia, y es que las pistas tenían muchísima arena y no eran tan accesibles. Para empezar, no se puede entrar con turismos, y es habitual que encalles en la arena. Nosotros encallamos varias veces porque eramos novatos, pero con la técnica del balancín que nos explicaron en la agencia de alquiler de coche fuimos capaces de sacar el coche en todas las ocasiones (menos una en el Namib, pero esa historia es diferente porque estuvimos haciendo el bobo por las dunas...).
El Chobe Riverfront estaba lleno de elefantes enormes, tanto dándose un bañito como por las pistas.
Lo que vimos es que los elefantes de las pistas estaban muy acostumbrados a los vehículos, incluso vimos a coches de safari parados junto a elefantes dándoles de comer, y uno de esos elefantes nos persiguió durante un rato y por seguridad cogimos una pista perpendicular a la pista principal, llenísima de arena, por la que pudimos darle esquinazo y salimos a la carretera principal.
Excursión en barco por el río Chobe
Por la tarde contratamos la típica excursión en barquita de 3 horas por el río para ver el atardecer. Por Kasane te ofrecen safaris y excursiones en cualquier alojamiento, pero son mucho más caras que en agencias humildes que te encuentras en cuanto sales un poco de la zona principal. Parecen casetas de obra pero tienen carteles que las hacen bastante visibles.
Nosotros hablamos con un rastafari majísimo que se hacía llamar Buzzy que nos ofreció no sólo la excursión por el Chobe, sino la excursión a las Cataratas Victoria. Como personas desconfiadas que somos, nos lo pensamos dos veces porque el precio era menos de la mitad del alojamiento en el que estábamos, así que contratamos la del río y si todo iba bien, pensaríamos si contratar con él la de las Cataratas.
La excursión fue fenomenal por lo que después contrataríamos con él también la de las Cataratas Victoria.