La Transpantaneira es una carretera de aproximadamente 147 km, no asfaltada, que atraviesa la zona norte del Pantanal, comienza a las afueras de Poconé y termina en Porto Jofre.
Es una ruta muy valorada por los amantes de la naturaleza como nosotros ya que la biodiversidad y los paisajes son abrumadores, y si ya eres "pajarero"... ni te cuento.
La Transpantaneira cuenta con nada más y nada menos que 122 puentes, antiguamente, todos eran de madera. En la actualidad, muchos han sido renovados y sustituidos por hormigón y cemento, sobre todo los más cercanos a Poconé, perdiendo un poco ese encanto que tenían los de madera, pero obviamente, se gana en seguridad. Muchos de los que han renovado, tienen un cartel con nombre de familias que suponemos, habrán invertido dinero para la mejora del puente. Pero, tranquilos, siguen quedando muuuchos puentes de madera, sobre todo en las proximidades de Porto Jofre.
Salida del Hotel Canoas, de Poconé
Me desperté antes de que sonara la alarma, algo que venía repitiéndose cada día del viaje y eso que nos levantábamos muy muy temprano. A penas había amanecido y faltaba casi una hora para que sirvieran el desayuno.... Así que me preparé y me fui a dar una pequeña vuelta por Poconé, mientras, Álvaro seguía durmiendo.
Estirar las piernas venía muy bien después de tantas horas de coche, y así se me pasaba el tiempo más rápido porque estaba deseosa de atravesar la Transpantaneira (teníamos muchas expectativas en esta pista).
Cuando volví al hotel Canoas, todos mis compañeros estaban desayunando ya, me uní a ellos y no tardamos en poner rumbo a Porto Jofre.
Coche cargado, estómago lleno (eso no ha faltado en ese viaje), cámaras preparadas, ilusión, expectativas, emoción... ¡¡¡¡ Pa`llá vamos !!!!
Recorriendo la famosa Carretera Transpantaneira
Los primeros kilómetros antes de llegar al famoso cartel que indica que te encuentras en la Transpantaneira, se nos hicieron eternos por los sucesivos baches, pobres nuestros cuerpos serranos doloridos...
No tardamos en llegar a un puente de madera, con agua a ambos lados. Nos bajamos a echar un vistazo y nos quedamos alucinados con la cantidad de caimanes que había...
No exagero si contamos más de 50 individuos en una diminuta charca. A escasos metros de ellos, una familia de capibaras campaba a sus anchas ajena a la proximidad de los caimanes (escena que se repetiría a lo largo del viaje, vamos, que capibaras y caimanes son vecinos amistosos 😋.... o al menos eso parece ).
También había multitud de aves, nuestros compañeros de viaje, que conocen muchas especies, estaban muy entusiasmados con las mismas. Si eres amante de las aves, el Pantanal es tu lugar.
Proseguimos el viaje y nuevos habitantes del Pantanal hacían acto de presencia, ñandú por aquí, ciervo por allá, otro ciervo más, caimanes y capibaras para exportar... ¡Ah! y cómo no citarlas, vacas por todas partes. Vacas, vacas y más vacas. En alguna ocasión tuvimos que parar el vehículo para dejar pasar a los transpantaneiros montados a caballo, llevando al ganado de un lugar a otro, digno de ver. Esas escenas nos recordaban a las telenovelas que nuestras madres veían cuando éramos pequeños 😉.
Por desgracia, también vimos bastantes restos de animales, entre ellos el de un tapir... Bromeamos diciendo que ya podíamos decir que habíamos visto nuestro primer tapir.... Pero personalmente, me dio pena, sobre todo porque estaba muy próximo a la carretera, quizás había muerto atropellado... El tema de los atropellos es algo muy serio a tener en cuenta, sobre todo en este tipo de parajes.... Al fin y al cabo, estamos invadiendo el territorio de múltiples especies, por lo que es muy importante circular a una velocidad prudente para tener margen de maniobra y no acabar con la vida de las mismas.
Llegada a la Porto Jofre Pousada e Camping
Llegamos a Porto Jofre al mediodía, con un calor más que sofocante, el termómetro pasaba de los 40 grados y no había ni una sola nube. Nuestro alojamiento para las próximas 2 noches era Porto-Jofre Pousada e Camping, un lugar que ofrece tanto la posibilidad de alojarte en camping, como en pequeñas habitaciones dobles con baño privado o incluso pequeñas cabañas para más personas.
En un principio, Álvaro y yo íbamos a acampar, pero Ita Airways perdió nuestra tienda de campaña como hemos comentado anteriormente así que no nos quedó otra opción que alojarnos en una habitación. Los precios de este lugar son "bastante económicos" si los comparas con el resto de alojamientos que hay en Porto Jofre... Pero si sacas de la ecuación la gran probabilidad de ver jaguares, el alojamiento es extremadamente caro para lo que ofrece.
Nuestra habitación era bastante nueva, con un pequeño baño privado y una nevera, pero el aire acondicionado dejaba de funcionar constantemente, y como he comentado, en Porto Jofre hacía muuuuuucho calor.... Las noches fueron bastante horribles... Habríamos estado mucho mejor en la tienda de campaña, en la bonita zona de acampada junto al río...
Por no hablar de la fiesta que las cuadrillas de pescadores tenían montada en las cabañas próximas a nuestra habitación. La música, a volumen de verbena, duró hasta pasadas las 3 de la mañana las dos noches que estuvimos allí, no sabemos si fue porque coincidió con fin de semana o si era una práctica habitual. Por no hablar de que dejaron el suelo lleno de latas de cerveza y restos de comida... De vergüenza.... Con el entorno tan bonito en el que se encuentra el alojamiento...
Un dato importante a tener en cuenta es que en Porto Jofre no encontrarás ni tiendas, ni restaurantes, así que o llevas provisiones desde Poconé o no te queda otra opción que pasar por el aro y pagar precios elevados por las comidas y bebidas, ya sea en el alojamiento que estés, o en alguno próximo que ofrezca comidas a los no huéspedes. Nosotros reservamos alojamiento con pensión completa, aunque las bebidas no estaban incluidas.
Eran pasadas las 12:00 y como no nos esperaban ya habían retirado todas las bandejas del pequeño buffet. Nos preguntaron si queríamos comer, a lo que todos respondimos con un rotundo sí, no había mucha variedad ni cantidad, pero era lo que había.
Aprovechamos para preguntar el precio de las excursiones en barca para el avistamiento de jaguares. Había dos opciones: excursión de medio día, precio por barca 1000 reales y excursión de día entero, precio por barca 1400 reales. Preguntamos si la de mediodía se podía hacer por la tarde también, a lo que nos contestaron que sí, pero que las probabilidades de ver jaguares eran mayores a primera hora de la mañana... La decisión fue prácticamente unánime ¡Había que intentarlo!, así que 4 de los 5 integrantes del grupo, corrimos a lavarnos los dientes y a por las cámaras a la velocidad del Correcaminos pues nuestro bote salía a las 13:00 de ese mismo día 🙂.
En busca de nuestro primer Jaguar en Porto Jofre
El embarcadero de la Pousada-Camping es bastante curioso, tienen construida una especie de grada muy original con neumáticos viejos. Una buena forma de reutilizar y reciclar materiales. Y que contentos nos pusimos al ver que nuestra barca tenía asientos para reposar la espalda y parasol, las 10 horas que pasamos expuestos al sol en el río Miranda nos habían dejado un poco "traumatizados" 😉.
Nuestro guía se llamaba Daniel, nos comentó si nos parecía bien ir directos a algo que llamó reserva de jaguares, al ser excursión de medio día y disponer de pocas horas consideró que era la mejor opción. ¡¡Usted manda Daniel!! Y pusimos rumbo a nuestro destino.
Hablo por mi, pero creo que por el resto del grupo también, todos teníamos unas expectativas e ilusión impresionantes en ese lugar, por fin estábamos en la tierra del jaguar. Al poco rato de travesía, Daniel se desvió hacia un lateral del río.... Se paró junto a una pared y .... ¡Sorpresa! Una anaconda amarilla de aproximadamente 3 metros se paseaba por los recovecos del talud.
El guía nos comentó que estaba apareándose y que en algún lado estaría su pareja... ¡Y de repente, la vi! En un agujero, enroscada, verde, preciosa.... Menudo subidón teníamos los cuatro... Para Álvaro y para mi eran nuestras primeras anacondas (a excepción de una que vimos atropellada por el sur...). Después de un montón de fotos y videos, proseguimos el viaje con una sonrisa de oreja a oreja....
Llegamos a la zona donde más jaguares suelen verse, hacía solo una hora que habíamos salido de Porto Jofre, y de repente Daniel nos señala una dirección y nos dice que vamos a ver un jaguar... Estábamos nerviosos e incrédulos.... ¿qué ha visto? No veo nada, ¿cómo sabe que a aparecer? ¿es broma?
No era una broma, un gran macho apareció entre la espesura de los matorrales 😍. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, no me creía lo que tenía ante mis ojos, estaba allí, a escasos metros, un imponente jaguar. Solo lo vimos durante unos segundos, pero estoy segura de que van a perdurar en mi memoria para siempre. No encuentro palabras para describir a semejante felino, es majestuoso, es imponente, es elegante.... Entre nosotros, "es una pasada".
Nos habían comentado que por la tarde hay menos posibilidades de ver jaguares, pero nosotros, atendiendo a nuestra frase de " sin riesgo no hay gloria" lo intentamos y tuvimos la gran suerte de conseguirlo. El resto de la tarde disfrutamos de los preciosos paisajes del pantanal, de múltiples aves, entre ellas los grandes tuyuyús que son el símbolo del Pantanal, caimanes, capibaras, etc, Ya en el camino de vuelta, un espectacular atardecer nos brindó el broche de oro a una exitosa tarde de bicheo.